GUIA DE VIAJES 2008

BRUSELAS 

Enero de 2008


Pasear por las calles del centro histórico de Bruselas, es transportarse varios siglos atrás en el tiempo. Este barrio protegido guarda un verdadero tesoro arquitectónico; preciosas residencias que datan del siglo XVII bordean sinuosas callejuelas que rebozan de restaurantes de comidas típicas y tiendas turísticas.  

El corazón de la ciudad es la bellísima Grand Place, considerada la más bella plaza de Europa, aunque los belgas orgullosamente sostienen que del mundo entero.
Esta plaza, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1998, fue hace siglos un mercado, alrededor del cual fueron congregándose diferentes corporaciones de artesanos que construyeron hermosas residencias de los estilos más variados, especialmente barroco y gótico, algunas de las cuales hoy albergan muchos  museos de diversas temáticas. 

A unos cuantos metros de la Gran Plaza, siguiendo una calle abarrotada de comercios que ofrecen los riquísimos chocolates belgas y prendas de encajes (el encaje belga es uno de los más apreciados del mundo), se encuentra sobre un pedestal, en una esquina, la graciosa estatua de un niñito orinando: es el famosísimo Manneken Pis.
Aunque las historias en torno de esta original estatua son diversas, lo cierto es que visitarla es un infaltable dentro del recorrido por la ciudad.

 




Aunque las historias en torno de esta original estatua son diversas, lo cierto es que visitarla es inexcusable dentro del recorrido por Bruselas.  









Hacia el norte de la ciudad, hay que visitar el Parque de Laeken y su prestigioso invernadero. 
No lejos de allí se levanta el Atomium, estructura de esferas de hierro representando un átomo, que se ha convertido en verdadero símbolo de Bruselas. 



En el interior de las esferas hay exposiciones de carácter tanto permanente como temporal.
Entre las exposiciones permanentes merece la pena destacar la que se refiere a la propia Exposición de 1958, en la que se incluyen todo tipo de documentos gráficos y multimedia.
En la esfera superior hay un restaurante.



El diseño del Atomium fue obra de André Waterkeyn y representa un átomo de hierro ampliado 165.000 millones de veces.
La estructura tiene 102 metros de altura y está formada por 9 esferas de 18 metros de diámetro comunicadas entre sí por tubos con escaleras mecánicas.





Forma parte del Bruparck, donde se encuentra también Mini-Europa, una representación en miniatura de las principales atracciones europeas, desde el Big Ben a Venecia.     







Ubicado al sur del Parque de Bruselas, en la parte alta de la ciudad, se encuentra uno de los edificios más famosos de la capital belga, el Palacio Real de Bruselas (Palais Royal).
El Palacio Real es la sede de la monarquía belga. En él se encuentran instaladas las oficinas de los reyes, algunos ministerios, salas de reuniones oficiales y habitaciones para los jefes de estado invitados.







Desde 1831 el palacio no es la residencia real, sino que los reyes viven en el Palacio de Laeken, en las afueras de Bruselas.














La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula (Cathédrale Saint-Michel et Sainte-Gudule), es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Bruselas.



La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula es una de las visitas más importantes de Bruselas ya que está considerada como la principal iglesia católica de Bélgica. Su cercanía con el centro de la ciudad y un amplio horario de apertura hacen que sea muy cómodo visitarla en cualquier momento del día.
El interior de la catedral es más sobrio de lo que debiera ya que fue saqueada en varias ocasiones por parte de los iconoclastas protestantes y los revolucionarios franceses. Pese a todo esto, la catedral conserva un aspecto impresionante.



La catedral era conocida como la Iglesia de San Miguel hasta que, en el año 1047, depositaron en el interior los restos de Santa Gúdula, fallecida en el año 712.
Fue entonces cuando la iglesia tomó el nombre de San Miguel y Santa Gúdula. A pesar de su antigüedad, la iglesia no adquirió el título de catedral hasta 1961.







Las Galerías Saint Hubert, diseñadas en 1847, fueron las primeras galerías comerciales de Europa y, hoy en día, continúan siendo las más elegantes.
Miden alrededor de 200 metros de largo, y están cubiertas por una enorme cúpula de cristal que deja pasar la luz pero no la lluvia.








En el interior reina una gran tranquilidad y se pueden ver decenas de escaparates decorados con todo lujo de detalle; numerosas joyerías, grandes chocolateros, tiendas exclusivas de moda, restaurantes y cafeterías de calidad e incluso un pequeño teatro y un cine.






Las galerías comunican prácticamente la zona del Teatro de la Monnaie con la Grand Place, creando una conexión entre la parte histórica de Bruselas y una parte más moderna.
 
 
 








Si hay un producto conocido de Bélgica ese es su chocolate. Por toda Bruselas y, en especial en las calles más turísticas, hay repartidas cientos de tiendas de chocolate.



 




Las marcas de chocolate más famosas son Godiva (la más cara de las conocidas), Galler, Neuhaus y Leonidas (con un aire más de "andar por casa").
Además de éstas grandes marcas encontraréis artesanos por toda la ciudad.




Tanto en los distintos supermercados como en las tiendas especializadas podréis comprar desde botellines de "cervezas normales" hasta packs de regalo con distintos tipos de cervezas belgas.
Algo más conocido que los platos belgas son sin duda sus cervezas. Bélgica es el primer productor de cerveza del mundo y se dice que los belgas beben una media de más de 100 litros al año. Algunas de las cervezas belgas más conocidas son Stella Artois, Leffe, Chimay o Duvel.
En muchos bares acostumbran a dar frutos secos u otro tipo de acompañamiento al pedir una bebida. 




Si os sabe a poco, es típico pedir una tabla de queso junto a la cerveza, suele estar acompañado de mostaza y de especias.
Tal vez sea por su cercanía a Francia, pero la gastronomía belga es amplia, rica y no suele levantar quejas. 
Hay decenas de platos tradicionales que merece la pena probar y los precios no pueden considerarse elevados.






GANTE

Enero de 2008

Aunque su historia tiene puntos en común con la de Brujas, Gante siempre ha sabido conservar mejor su economía. Su papel industrial desde principios del siglo XIX y su fantástica Universidad han hecho que la ciudad siempre se mantenga viva.
De los casi 250.000 habitantes que tiene Gante, 45.000 son estudiantes, convirtiendo a la ciudad en una de las más animadas de Europa.
Al igual que Brujas pero de forma más limitada, Gante también posee una interesante red de canales y un precioso centro urbano medieval, siendo la ciudad belga preferida por los viajeros habituales.
 





La Iglesia de San Nicolás (Sint-Niklaaskerk): Situada a escasa distancia de la catedral, es la segunda iglesia más bonita de la ciudad.








El Castillo de Gante (Gravensteen): Antigua residencia de los condes de Flandes, fue utilizado hasta el siglo XIV como fortaleza defensiva y hasta el XVII como prisión, actualmente el castillo es una visita imprescindible de Gante. Tiene un museo de instrumentos de tortura.











Belfort: Este precioso campanario de 91 metros fue construido en el siglo XIV y es una de las imágenes más conocidas de Gante. Su mirador, a 65 metros de altura, ofrece las mejores vistas de la ciudad.










La Catedral de Gante (Sint-Baafskathedral): Los tres siglos que tardó en construirse valieron la pena. No perdáis de vista el púlpito barroco del siglo XVIII y sus pinturas, donde destaca "La Adoración del Cordero Místico" de Van Eyck. En este lugar fue bautizado Carlos V.



BRUJAS
Enero de 2008

Brujas es la ciudad más bella que hasta el momento yo haya podido conocer. Lo digo así de rotundo. Es un sueño, como vivir un cuento de otra época; un paseo por el pasado; por una Edad Media carcomida por la nostalgia y por los bellos recuerdos de historia que sólo en libros hemos podido conocer.

Brujas nos transporta, nos sublima con cada rincón; con cada olor, con cada color, con cada sabor. Olor a piedra mojada; color pálido de historias remotas; sabor a tradición medieval.
Y todo te llega a los ojos en un impacto visual como pocas veces puede tenerse, porque ya la entrada a la ciudad, la más conocida de todas, es un paisaje idilico, como su mismo nombre: el Lago del Amor, el Minniwater, un remanso de paz y tranquilidad que oculta a la ciudad tras sus muros de piedra.





El siguiente punto del recorrido fue el Beginhof, fundado en el año 1245 por la condesa de Flandes, destinado al descanso del alma.


Su silencio sepulcral choca frontalmente con la alegría de la calle más comercial de la ciudad: la Sint-Katelijn Straat donde se aglutinan todas las tiendas turísticas de Brujas y se puede comprar el mejor chocolate belga.


 
 


















Justo al final de la calle nos encontramos con la iglesia de Nuestra Señora, en la esquina con la calle Dijvers. Es la popular Vrouwekerk, donde se encuentra la Virgen con el Niño, atribuida a Miguel Angel.












Esta esquina, así como la calle Dijvers forman uno de los puntos más fotográficos y bellos del casco histórico de Brujas, pues a lo largo de toda la calle puedes ver trabajar a los pintores y vendedores de chocolate frente al canal, mientras a su alrededor se levantan las paredes de piedra tan característica de estas ciudades casi medievales. 
En este punto no podéis sino sacar las cámaras y empezar a tomar las fotografías, que seguramente se convertirán en algunas de las más bellas de vuestro viaje por Bélgica.

Y así, desde ese pequeño rincón se comienza el paseo por esta calle, entre tilos, entre puentes de piedra que se elevan sobre el canal, entre acogedoras casas de piedra blasonadas, entre lienzos que admiras por esa extraña capacidad que poseen algunos artistas de plasmar con sus lapices en un sólo dibujo la poesía de los sueños nostálgicos, del aire meláncolico y cansado que Brujas posee.






Aspiras el olor del aire, cierras los ojos y oyes, el suave susurro del agua mansa cuando una barca pasa cerca...










Llegamos a la Markt, el corazón de Brujas. Su arteria principal. El centro de la ciudad; donde se concentran tantos siglos de historia.

La Torre de los Hallen, del año 1248, es el emblema de la ciudad; su estampa más fotografiada.
Cubriendo otro de los lados, el Palacio Provincial del siglo XIX y justo al lado contrario de la Torre Hallen están las casas flamencas que se construyeron entre los siglos XVI y XVII.
Justo por un callejón, la Braidelstraat, llegamos a la segunda plaza más importante de la ciudad: la Burg, donde se encuentran el Palacio de Justicia y el Ayuntamiento del siglo XV, de estilo gótico, y al mismo tiempo, el más antiguo de toda Bélgica.
En Brujas todo es pintoresco. Os recomiendo que no se os escape ningún detalle. Porque aquí cualquier calle es especial... Acercaos hasta su emblemática Plaza del Burg, corazón histórico de la ciudad desde hace varios siglos. 



Allí, entre magníficos edificios como el Ayuntamiento o la Basílica de la Santa Sangre se halla el curioso Callejón del Asno Ciego, o Blinde Ezelstraat en neerlandés.

Debajo del Palacio de la Cancillería, en esta misma plaza, se encuentra un arco abovedado que nos conduce a la calle del Asno Ciego desde el que se inicia un breve paseo por calles típicas flamencas, empedradas y estrechas que nos terminará llevando de nuevo a la calle Dijvers.
La famosa Orilla Verde o Gronerei acumula la mayor cantidad de restaurantes típicos de Brujas, donde podréis degustar los famosos mejillones con patatas fritas mientras a vuestros ojos se despliegan unas inmejorables vistas de la silueta de todo el casco histórico de la ciudad.



TOMELLOSO
Febreo de 2008


TORREMOLINOS
Abril de 2008


CABAÑEROS
Mayo de 2008

PEÑÍSCOLA
Junio de 2008


MÁLAGA
Junio de 2008


TERUEL
Septiembre de 2008


TORREMOLINOS
Octubre de 2008